Santo 20 de diciembre: Santo Domingo de Silos, Homónimo del Fundador de los Dominicos y Patrono de Contra la Rabia; Cautivos; Mujeres embarazadas; Prisioneros; Pastores


 

ESCRITOR BENEDICTINO Y MÍSTICO
Nació:
1000, Cañas (actual Rioja), España
Murió:
10 de diciembre de 1073, Silos
Patrono de:
contra la rabia; contra perros rabiosos; contra insectos; cautivos; mujeres embarazadas; prisioneros; pastores
Santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores, lleva el nombre de este abad benedictino, que vivió un siglo antes que él.
   
  Según la tradición dominicana, Santo Domingo de Silos se apareció a la Beata Juana de Aza (la madre del posterior Santo Domingo), quien peregrinó a su santuario antes del nacimiento de su hijo, y le puso el nombre del abad de Silos.

Nuestro santo de hoy, Domingo de Silos, nació en España hacia el año 1000 en el seno de una familia campesina. De niño pasaba tiempo en el campo, donde agradecía la soledad. Se convirtió en sacerdote benedictino y ocupó numerosos puestos de liderazgo. Tras una disputa con el rey sobre la propiedad, Domingo y otros dos monjes fueron exiliados. Establecieron un nuevo monasterio en lo que al principio parecía un lugar poco prometedor. Sin embargo, bajo el liderazgo de Domingo, se convirtió en una de las casas más famosas de España. Muchas curaciones fueron reportadas allí. Aproximadamente 100 años después de la muerte de Domingo, una mujer joven hizo una peregrinación a su tumba. Allí se le apareció Domingo de Silos y le aseguró que tendría otro hijo. La mujer era Juana de Aza, y el hijo que dio a luz se convirtió en el "otro" Domingo, el que fundó los dominicos. Durante muchos años después, el bastón utilizado por Santo Domingo de Silos se llevaba al palacio real cada vez que una reina de España estaba de parto. Esa práctica terminó en 1931. Reflexión La conexión de Santo Domingo de Silos con el Santo Domingo que fundó la Orden Dominicana trae a la mente la película Seis grados de separación: parece que todos estamos conectados. El cuidado providencial de Dios puede unir a las personas de maneras misteriosas, pero todo apunta a su amor por cada uno de nosotros. Texto de los medios franciscanos

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