Santa Misa Online - Lecturas y Video Domingo 19 de Octubre 2025 - #Eucaristía en Tu Iglesia Virtual

 

XXIX Domingo ordinario

Acto de Comunión Espiritual por San Alfonso María de Ligorio Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.

Lectionary: 147

Primera lectura

Éxodo 17, 8-13

Cuando el pueblo de Israel caminaba a través del desierto, llegaron los amalecitas y lo atacaron en Refidim. Moisés dijo entonces a Josué: "Elige algunos hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana, yo me colocaré en lo alto del monte con la vara de Dios en mi mano".


Josué cumplió las órdenes de Moisés y salió a pelear contra los amalecitas. Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre del monte, y sucedió que, cuando Moisés tenía las manos en alto, dominaba Israel, pero cuando las bajaba, Amalec dominaba.

Como Moisés se cansó, Aarón y Jur lo hicieron sentar sobre una piedra, y colocándose a su lado, le sostenían los brazos. Así, Moisés pudo mantener en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a los amalecitas y acabó con ellos.

Salmo Responsorial

Salmo 120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8

R. (cf. 2) El auxilio me viene del Señor.

La mirada dirijo hacia la altura

de donde ha de venirme todo auxilio.

El auxilio me viene del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

R. El auxilio me viene del Señor.

No dejará que des un paso en falso,

pues es tu guardián y nunca duerme.

No, jamás se dormirá o descuidará

el guardián de Israel.

R. El auxilio me viene del Señor.

El Señor te protege y te da sombra,

está siempre a tu lado.

No te hará daño el sol durante el día

ni la luna, de noche.

R. El auxilio me viene del Señor.

Te guardará el Señor en los peligros

y cuidará tu vida;

protegerá tus ires y venires,

ahora y para siempre.

R, El auxilio me viene del Señor.

Segunda lectura

2 Timoteo 3, 14–4, 2

Querido hermano: Permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.


Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.

En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y sabiduría.

Aclamación antes del Evangelio

Hebreos 4, 12

R. Aleluya, aleluya.

La palabra de Dios es viva y eficaz

y descubre los pensamientos

e intenciones del corazón.

R. Aleluya.

Evangelio

Lucas 18, 1-8

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

"En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.

Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando' ".

Dicho esto, Jesús comentó: "Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?"

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