Santo del Dia 8 Junio - San Medardo en cuya tumba ocurrieron muchos Milagros - Patrono del Tiempo y de los Dolores de Muelas - con Oración

San Medardo - Obispo - (457-545)
San Medardo es un gran santo milagrero. Es uno de los primeros santos que produjo la Francia recién convertida por San Remigio, quien hizo bautizar al rey Clodoveo en Reims mientras le decía: "Inclina la frente, fiero sicambo, y de ahora en adelante quema lo que has adorado y adora lo que has quemado".
Oración a San Medardo: San Medardo,
patrón de la protección contra las malas tormentas, te pedimos que
intercedas por nosotros durante las tormentas de nuestra vida así como
las tormentas de la naturaleza. Protege a nuestras familias y nuestros
hogares. Oramos por asistencia para las víctimas de tormentas de nieve,
huracanes, tornados, terremotos y otros desastres naturales,
especialmente ahora con el impacto del huracán Matthew. Amado Dios,
envía más ayudantes y multiplica los recursos y suministros para ayudar a
los necesitados. Calmaste la tempestad en el mar de Galilea; Líbranos
de las tormentas que ahora azotan a nuestro alrededor. San Medardo,
ruega por nosotros. Amén.
Cuando muere Clodeveo el 511, estaba
mediando en su plena madurez. Había nacido en Salency en la segunda
mitad del siglo V. Sus padres Néstor y Protagia, también ellos
cristianos, educaron lo mejor que pudieron a su hijo. Este estaba
llamado por la Divina Providencia para algo muy grande. Eran muchos los
prodigios que desde muy pequeñín se realizaban sobre él para poder
presagiar de este modo.
E1 famoso pintor galo, Gallot, ha
inmortalizado la escena. Era todavía muy niño Medardo cuando un día
paseaba por el campo y se levantó una terrible tormenta. Granizaba con
fuerza y llovía torrencialmente.
El
niño ni se mojó ni recibió golpe alguno del granizo. Un águila muy
grande extendió sus alas sobre la cabeza del niño Medardo y le hacía de
maravilloso paraguas.
La vida de Medardo de ahora en adelante irá
toda ella rodeada de toda clase de prodigios y de gracias
sobrenaturales hasta el punto de llegar a ser uno de los Santos que han
gozado y gozan de más fama de "milagreros".
Sus padres lo
encomendaron a los monjes para que le dieran una digna educación. En las
letras y en las artes progresó maravillosamente siendo la admiración de
sus mismos maestros hasta tal punto que ya no sabían qué enseñarle
porque sabía más que ellos.
Pero más aún que en las ciencias se
le veía progresar en la santidad. Se le veía absorto en la oración.
Pasaba largas horas en la Iglesia y entregado a obras de caridad. Más de
una vez su padre hubo de reñirle porque había entregado a los pobres
hasta su misma cabalgadura. Su padre intentó encaminarlo por la carrera
militar, pero pronto se dio cuenta que la suya era la de clérigo.
Estudió teología y en poco tiempo los superiores le vieron preparado
para ser ordenado sacerdote.
Queremos redactar el hecho, quizás
único en la historia de los Santos, que Medardo tuvo otro hermano que se
llamó Gildardo y que fue idéntico a Medardo que parece eran como una
sola persona. La divina Providencia los unió desde la cuna al sepulcro:
Nacieron el mismo día; se ordenaron sacerdotes el mismo día: fueron
ungidos obispos el mismo día; y el mismo día y a la misma hora, volaron
al cielo a recibir el premio de sus muchas virtudes. Los dos son Santos,
pero San Gildardo, no es tan conocido y por ello hoy se celebra sólo
San Medardo. Quizá porque éste es al que más "milagros" le atribuye el
pueblo.
La vida de Medardo está cuajada de sabrosas anécdotas que
demuestran su gran caridad y cómo sabía siempre sacar bien del mal. A
los ladroncillos que abundaban por aquellos parajes solía cogerlos in
fraganti y en vez de llevarlos a la cárcel les hacía reconocer sus
pecados y que se corrigieran de ellos.
Instituyó la famosa
"Fiesta de la Rosa" que consistía en coronar de flores a la joven que a
lo largo del año se había distinguido por su bondad y caridad... y le
daban ricos regalos. ¡Este sí que era un buen concurso de belleza! El
año 530 es elegido Obispo. Se entregó de lleno como padre al cuidado de
su clero y los fieles. Por ellos estaba dispuesto a morir. Lleno de
trabajos y milagros volaba al cielo el 545, el 8 de junio.
Fuente: Sanctoral.com
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