Santo 21 de Febrero : San Pedro Damián : Obispo y Doctor de la Iglesia que dejó a sus Amigos en Secreto y se Dirigió a una Ermita

Una infancia difícil
Pedro Damián nació en Ravena, el último hijo de una pobre y numerosa familia. Habiendo perdido a sus padres cuando era muy niño, quedó al cuidado de un hermano suyo, quien le trató como si fuera un esclavo enviándolo a cuidar de los cerdos que tenían, en cuanto pudo aprender a caminar. Otro de sus hermanos, que era arcipreste de Ravena, se compadeció de él y decidió encargarse de su educación. Viéndose tratado por primera vez como un hijo, Pedro tomó de su hermano el nombre de Damián.
En la escuela de la generosidad
Su
primer biógrafo, San Juan de Lodi, cuenta dos episodios significativos
de la juventud de Pedro Damián. Un día el jovencito encontró una moneda y
lleno de alegría se dirigió hasta el párroco y se la entregó para que
ofreciera una misa por los difuntos. Podría habérsela gastado en un
dulce o en cualquier otra cosa, acorde a las ilusiones y gustos de su
edad, pero decidió despojarse de ella por una mejor causa. En otra
ocasión, se encontró con un mendigo ciego que estaba hambriento. El
pequeño compró dos trozos de pan y escogió para si mismo el que era más
blanco y tierno, dejando para el mendigo el más duro. En ese momento se
atragantó con una miga de pan. Arrepentido por su egoísmo, intercambió
su trozo de pan con el del ciego, y pudo entonces volver a respirar.
Fueron estos y otros episodios los que posteriormente lo llevaron a
decidir consagrar su vida a Dios.
En la ermita de Fonte Avellana
Pedro
decidió abandonar enteramente el mundo y abrazar la vida monacal en
otra región. Un día en que se hallaba reflexionando sobre su proyecto,
se presentaron en su casa dos benedictinos de la reforma de San
Romualdo, que pertenecían al convento de Fonte Avellana. Pedro les hizo
muchas preguntas sobre sus reglas y modo de vida. Sus respuestas le
dejaron satisfecho, e ingresó en esa comunidad de ermitaños, que gozaba
entonces de gran reputación. Los ermitaños habitaban en celdas
separadas, consagraban la mayor parte del tiempo a la oración y lectura
espiritual, y vivían con gran austeridad.
Con el tiempo, sería
elegido prior y reorganizaría el monasterio inspirando un resurgir de
nuevas casas en las zonas colindantes.
Los males de la Iglesia
Los
dos peores vicios de la Iglesia en aquellos años mil, eran la impureza y
la simonía. Muchos sacerdotes eran descuidados en cumplir su celibato. Y
contra estos dos defectos se propuso luchar Pedro Damián.
En el
año 1057, el Papa Esteban IX lo nombró Cardenal y Obispo de Ostia (que
es el puerto de Roma). El humilde sacerdote no quería aceptar estos
cargos, pero finalmente lo hizo por obediencia al Santo Padre.
Santo de inmediato
·
Y precisamente como muestra de su obediencia, aceptó el mandato del
Sumo Pontífice que lo envió a Ravena a tratar de lograr que esa ciudad
hiciera las paces con el Papa. Lo consiguió, y al volver de su
importante misión, al llegar al convento sintió una gran fiebre. Murió
santamente el 21 de febrero del año 1072. Inmediatamente la gente empezó
a considerarlo como un gran santo y a conseguir favores de Dios por su
intercesión.
El Papa lo canonizó y lo declaró Doctor de la
Iglesia en 1828, por los elocuentes sermones que compuso y por los
libros tan sabios que escribió.
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