
San Apolinar - Obispo y mártir († 87)
Cuando
el príncipe de los apóstoles San Pedro trasladó su Silla de Antioquía a
Roma, llevó consigo a San Apolinar, al cual consagró obispo, y le envió
a la ciudad de Rávena para que predicase el Evangelio.
Hizo
en el camino varios milagros, con los cuales y con su predicación
convirtió innumerables infieles a la fe de Cristo, por lo que el
gobernador de la ciudad, llamado Saturnino, le mandó llamar y llevarle a
los pontífices y sacerdotes, los cuales, alborotando al pueblo, le
maltrataron y echaron fuera de la ciudad, dejándole medio muerto; mas
los cristianos le recogieron y escondieron en casa de una viuda
cristiana, y allí le curaron.
Pasó a la provincia de Emilia donde
convirtió mucha gente y sanó enfermos, por lo cual un juez llamado
Mesalino le mandó azotar y poner en una nave, llegando San Apolinar
felizmente a la provincia de Misia. Preso, azotado y atormentado por la
fe de Cristo, diéronle tantos palos que le dejaron por muerto, y siete
días después de este último martirio entregó su espíritu al Señor, el 3
de Julio año 81.
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