Santo del dia 27 Abril : Santa María Guadalupe García Zavala (1878-1963) - Fundadora de la Congregación Religiosa de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres
María Guadalupe García Zavala (1878-1963)
MARÍA
GUADALUPE GARCÍA ZAVALA, Fundadora de la Congregación religiosa de las
Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, nació en Zapopan,
Jalisco, México el 27 de abril de 1878. Fueron sus padres el Sr. Fortino
García y la Sra. Refugio Zavala de García.
Don
Fortino, era comerciante, tenía una tienda de objetos religiosos frente
a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, por lo tanto la pequeña
Lupita visitaba la iglesia con mucha frecuencia y desde pequeña mostró
grande amor a los pobres y a las obras de caridad.
Lupita tenía
fama de ser una joven muy bonita y muy simpática, sin dejar de ser
sencilla y transparente en su trato, amable y servicial con todos. Tuvo
un noviazgo con el Señor Gustavo Arreola, y ya prometida en matrimonio a
la edad de 23 años, sintió la llamada del Señor Jesús para consagrarse a
la vida religiosa sobre todo en la atención a los enfermos y a los
pobres.
Le contó esta inquietud a su director espiritual, el
Padre Cipriano Iñiguez, quien le dijo que a su vez, él había tenido la
inspiración de fundar una Congregación Religiosa para atender a los
enfermos del Hospital y la invitaba a comenzar esta labor, y fue así que
entre los dos fundaron la Congregación religiosa de “Siervas de Santa
Margarita María y de los Pobres”.
La Madre Lupita ejerció el
oficio de enfermera arrodillándose en el piso para atender a los
primeros enfermos en el Hospital, que por cierto al inicio carecía de
muchas cosas, sin embargo siempre reinó la ternura y compasión,
procurando sobre todo para los enfermos un buen cuidado en la vida
espiritual.
La Madre Lupita fue proclamada Superiora General de
la Congregación, cargo que tuvo durante toda su vida, y aunque provenía
de una familia de un buen nivel económico, ella se adaptó con alegría a
una vida extremadamente sobria y enseñó a las Hermanas de la
Congregación a amar la pobreza para poder donarse más a los enfermos.
Hubo un período de graves dificultades económicas en el Hospital y la
Madre Lupita pidió el permiso a su director espiritual de poder mendigar
por las calles, y obtenida la autorización, lo hizo junto con otras
hermanas por varios años hasta que se solucionaron los problemas para
sustentar a los enfermos.
El cuadro político-religioso en México
fue grave desde 1911, con la caída del presidente Porfirio Díaz, hasta
prácticamente 1936 porque la Iglesia fue perseguida por los
revolucionarios Venustiano Carranza, Alvaro Obregón, Pancho Villa y
sobre todo Plutarco Elías Calles en el período más sangriento de 1926 a
1929.
En este tiempo de persecución en México contra la Iglesia
católica, la Madre Lupita arriesgando su vida y la de sus mismas
compañeras escondió en el hospital a algunos sacerdotes y también al
mismo Arzobispo de Guadalajara, Su Excelencia D. Francisco Orozco y
Jiménez. Por otra parta a los mismos soldados persecutores les daban
alimento y los curaban de sus heridas; éste fue un motivo para que los
soldados que estaban encuartelados cerca del hospital no sólo no
molestaban a las Hermanas sino que hasta las defendieron, lo mismo que a
los enfermos.
Durante el período en que vivió la Madre Lupita se
abrieron 11 fundaciones en la República Mexicana, y después de su
muerte siguió creciendo la Congregación; en la actualidad las Siervas de
Santa Margarita María y de los Pobres cuentan con 22 Fundaciones en
México, Perú, Islandia, Grecia e Italia.
El 13 de octubre de
1961 la entera Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de
los Pobres festejaron el jubileo de diamante de la Madre Lupita, es
decir, los 60 años de vida religiosa de la amada fundadora, sin embargo
ella que tenía 83 años de edad padecía de una penosa enfermedad que
después de dos años la llevó a la muerte.
Se durmió en el Señor
el 24 de junio de 1963 en Guadalajara, Jalisco, México a la edad de 85
años, gozando desde entonces de una sólida fama de santidad.
Fue
amada por pobres y ricos de la ciudad de Guadalajara y de otros lugares
en donde tenían hospitales, esto se confirma también porque desde el
momento en que se supo de su muerte, muchísima gente se congregó en el
hospital para ver por última ocasión sus restos mortales y al día
siguiente que se celebraron los funerales también participó mucha gente
porque ya la consideraban como una santa.
La Madre Lupita se
presenta ahora como un digno ejemplo de vida de santidad para que sea
imitada no sólo por las Religiosas por ella fundadas, sino por todos los
fieles por la práctica constante y heroica de las virtudes evangélicas
que ejercitó a través de su vida, y sobretodo por su dedicación
incondicional al servicio de Dios en los hermanos, especialmente en los
pobres y en los que sufren todo tipo de enfermedades.
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