Santo 18 Enero : Santa Margarita de Hungría una Princesa que se Convirtió en Monja y Mística que Provenía de una Familia de Santos
Santa Margarita de Hungría
Los reyes Bela IV y su mujer María de Lascaris, padres de Margarita,
antes de nacer su hija en 1242, la habían ofrecido a Dios por la
liberación de Hungría de los tártaros, prometiendo dedicar a su divino
servicio en un monasterio a la primera hija que les naciera. El rey
Bela, confiando en el Señor, juntó el mayor ejercito que le fue posible
y, al frente de él, salió contra aquellos enemigos, muy superiores en
número y envalentonados con anteriores victorias. Al primer encuentro,
los dejó vencidos y huyendo a su tierra. La calma volvió a sus dominios.
Poco tiempo después nació una niña a la que pusieron el nombre de
Margarita. Con dolor, pero movidos por el amor de Dios, sus padres
cumplen la promesa y confían su hija de cuatro años a las dominicas del
monasterio de Veszprem, recientemente fundado. La niña, a medida que
crece, va adquiriendo los hábitos de la contemplación.
En 1254, a sus doce años, Santa Margarita de Hungría hace profesión
solemne en manos de Fray Humberto de Romanis, Maestro de la Orden, que
volvía del capítulo general celebrado en Buda, ciudad principal de aquel
reino.
Los reyes, sus padres, contentos de ver a su hija tan feliz en el
monasterio, edificaron para ella otro convento en una isla formada por
el gran río Danubio y lo dotaron como convenía. Veinte años tenía
Margarita cuando, con otras insignes religiosas que la acompañaron, se
trasladó al nuevo convento, implantando una vida de rígida observancia.
Al rey su padre, que la amaba tiernamente, le suplicaba que favoreciese a
las iglesias, que amparase a viudas y a huérfanos, que hiciese limosnas
a los pobres y los defendiese. Y así lo hacía el buen rey.
Como esta caridad, asimismo era grande su pureza. Por costumbres
cortesanas, la pretendieron por esposa el Duque de Polonia, y los reyes
de Bohemia y de Sicilia, haciéndole ver que obtendría la dispensa de los
votos y que su enlace con dichos príncipes sería como un pacto de paz y
de alianza entre los reinos. De negarse, sobrevendrían discordias y
guerras. Ella se negó rotundamente: Se había consagrado al Señor como
esposa y con nueva consagración y bendición se había velado en manos del
Arzobispo de Estrogenia un día de Pascua del Espíritu Santo.
Santa Margarita de Hungría murió el 18 de enero de 1270 estando
presentes muchos religiosos de la Orden. Recibió los sacramentos y
rezando el salmo In te, Domine, speravi, al llegar al versículo In manus
tuas, su alma voló al cielo a la edad de 30 años.
Pío XII la invocaba en su canonización el 19 de noviembre de 1943 como
mediadora de la tranquilidad y de la paz fundadas en la justicia y la
caridad de Cristo, no sólo para su patria, sino para el mundo entero.
Semblanza espiritual
Tomando conciencia de su extraordinaria misión, la joven princesa
Margarita de Hungría se dedicó con fervor a recorrer el camino de la
perfección. La ascesis conventual del silencio, soledad, oración y
penitencia se armonizaron con un celo ardoroso por la paz, con un gran
valor para denunciar las injusticias y con una gran cordialidad con sus
compañeras a las que servía con gozo en los más humildes quehaceres. Su
vida de piedad se cualificaba por la devoción al Espíritu Santo, a Jesús
crucificado, a la Eucaristía y a María.
Amar a Dios, no despreciar ni juzgar a nadie, estas razones se fijaron
en el corazón de la santa princesa. Salió de esta doctrina tan gran
maestra, que cuanto trataba y pensaba era amar a Dios y estimar a los
otros; sobre este fundamento levantó el edificio de la virtud y
perfección. De la virtud de humildad hizo provisión; en el monasterio no
había persona más humilde y sencilla que Margarita. Vivió sujeta a la
voluntad de sus prelados, la voluntad ajena era la suya.
Fuente de https://www.dominicos.org/
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