Santa Misa Online - Lecturas y Video Domingo 19 de Noviembre 2023 - #Eucaristía en Tu Iglesia Virtual

XXXIII Domingo ordinario
Acto de Comunión Espiritual por San Alfonso María de Ligorio
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del
Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no
pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como
si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me
aparte de Ti. Amén.
Lectionary: 157
Primera lectura
Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31
Dichoso el hombre que encuentra una mujer hacendosa:
Muy superior a las perlas es su valor.
Su marido confía en ella
y, con su ayuda, él se enriquecerá;
todos los días de su vida
le procurará bienes y no males.
Adquiere lana y lino
y los trabaja con sus hábiles manos.
Sabe manejar la rueca y con sus dedos mueve el huso;
abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
Son engañosos los encantos y vana la hermosura;
merece alabanza la mujer que teme al Señor.
Es digna de gozar del fruto de sus trabajos
y de ser alabada por todos.
Salmo Responsorial
Salmo 127, 1-2. 3. 4-5
R. (cf. 1a) Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo,
será dichoso, le irá bien.
R. Dichoso el que teme al Señor.
Su mujer como vida fecunda,
en medio de su casa;
sus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de su mesa.
R. Dichoso el que teme al Señor.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:
"Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida".
R. Dichoso el que teme al Señor.
Segunda lectura
1 Tes 5, 1-6
Hermanos:
Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del
Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben
perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche.
Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de
repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la
mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a
ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón,
porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del
día, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.
Aclamación antes del Evangelio
Jn 15, 4. 5
R. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante.
R. Aleluya.
Evangelio
Mt 25, 14-30
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de
los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a
tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus
bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno,
según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió
cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El
que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que
recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero
de su señor.
Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.
Se
acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco,
diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco,
que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y
fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré
cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Se
acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, dos
talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado'. Su
señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido
fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a
tomar parte en la alegría de tu señor'.
Finalmente, se acercó el
que había recibido un talento y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un
hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo
que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo
tierra. Aquí tienes lo tuyo'.
El señor le respondió: 'Siervo
malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo
que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el
banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el
talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le
sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.
Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' ".
O bien:
Mt 25, 14-15. 19-21
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de
los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a
tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus
bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno,
según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
Después de mucho
tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se
acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco,
diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco,
que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y
fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré
cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
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